Antes de empezar este post debo sincerarme y haceros una confesión.
Me declaro una completa inculta en el mundo del vino (o al menos hasta este fin de semana).
A pesar de que mi historia con esta bebida se remonta muchos años atrás, y se alargó varios veranos de quinceañera, mi relación fue básicamente con su versión más horrible, el tetra brick. Sí sí, no os ruboricéis porque así empezamos todos mezclándolo con Coca Cola…
Más recientemente he empezado a coger gusto por los vinos blancos (ya en botella, ¡y de cristal!), y después de probar y probar, me fui dando cuenta, desde mi ignorancia, que me gustan los de verdejo, y más concretamente el Rueda.
Sin embargo el tinto, era una asignatura pendiente que se me resistía, y más de una vez me han dado ganas de mezclar una botella (buena) con limón para hacer un tinto de verano fresquito, escandalizando a mi padre con semejante ocurrencia.
Y hasta ahí podía leer.
Por eso, este fin de semana hemos decidido acabar un poco con la incultura de nuestra vida haciendo una pequeña incursión en este mundo que ahora puedo deciros con la boca grande que ¡me fascina!
Empezamos nuestra andadura yendo a Peñafiel (Valladolid), un pueblo con mucho encanto que se encuentra a 2 horas de Madrid y cuenta con un magnífico castillo digno de foto (lo podéis ver más abajo), aprovechad la parada para comer un buen plato de lechazo.
Allí se encuentra una afamada bodega, Protos, la pionera de la Ribera del Duero, que consta de una parte antigua excavada en pleno corazón de la montaña del Castillo, y una nueva diseñada fundamentalmente por Rogers Stirk Harbour (Premio Pritzker de Arquitectura).
Sus vinos cuentan con la D.O Ribera del Duero y D.O Rueda (este último se elabora en La Seca con uva 100% verdejo).
La visita cuesta 10€, hay que pedir cita en el teléfono 659843463.
La encargada de abrirnos las puertas a este complejo mundo del vino, fue una chica encantadora, que hace que una visita de 1 hora y media se haga incluso corta, y consiguió también despertar ese gusanillo que nos ha hecho intrigarnos por los entresijos de la cultura del vino. Explica todo el proceso con mucha naturalidad y de una forma básica (para que nos enteremos todos), animando la explicación con muchas curiosidades.
Para terminar, cata de dos vinos de Protos, un crianza (100% tempranillo) y un blanco (100% verdejo), ambos buenísimos. Podéis aprovechar para comprar los que os gusten a la salida ya que el precio es algo inferior que en tienda, ¡ellos os regalan las copas en las que hacéis la degustación!
Desde allí nos acercamos a La Rioja para ir a nuestro siguiente destino, las bodegas Muga.
Se encuentran en el histórico Barrio de la Estación, en el pueblo de Haro, os recomiendo que lo visitéis porque es muy agradable.
Allí se encuentran también las bodegas Cvne, Ramón Bilbao, Roda… y muchas otras repartidas por toda la zona.
Esta vez completamos la visita con un curso de iniciación a la cata, todo por 25€ y un total de 3 horas, si os interesa debéis llamar al 941306060 para consultar próximas fechas disponibles.
En esta visita el propio guía era quién impartía después el curso, por lo que fue algo más densa y seria, pero también interesante, lo más novedoso respecto a la anterior, es que aquí fabrican sus propias barricas.
Lo que más nos gustó, el curso, que empezó con un ejercicio de aromas, nos dieron a oler unos 20 perfumes, y nos dimos cuenta que tenemos menos olfato que el Inspector Gadget… es una pasada ver la cantidad de registros que hay en los aromas, lo normal es que cada uno tengamos ubicados unos 20, un especialista 200 y ya un experto en perfumería más de 2.000 diferentes.
Y tal como indicaba el propio nombre del curso, nos dieron unas nociones para iniciarnos en la cata de vino, distinguir colores (que nos indican la edad del vino), olores (que influyen directamente en los sabores) y como no, los matices de sabor (frutales, vegetales, maderas, ahumados…).
Y todo con la degustación de los siguientes vinos (a cada cual mejor): Muga Blanco, Muga Crianza, Muga Reserva Selección Especial, Prado Enea Gran Reserva y Torre Muga.
Y para terminar nuestra ruta de vinos, no podíamos dejar pasar las bodegas Marqués de Riscal.
La visita cuesta 10,25 € y también incluye la cata de uno de sus tintos más emblemáticos Marqués de Riscal Reserva 2007 y un blanco joven Marqués de Riscal Rueda 2012.
Está en el pueblo Elciego, ya en la provincia de Álava, aprovechad y acercaos a ver el pueblo de Laguardia que ¡es precioso! sacó mi vena fotógrafa (ayudada con el poder de instagram).
No es por «emocionarnos», pero después de haber visitado ya otras dos bodegas, en esta ya el punto de partida era mucho mejor. Muchas de las cosas que nos contaban ya las escuchábamos con la boca cerrada y sin cara de alucinados. Y en la cata final parecíamos los empollones de la clase poniendo en práctica lo aprendido en el curso de Muga, solo una pista cuándo te pregunten a qué te huele un vino blanco joven, dos respuestas: manzana y piña.
Lo más destacable, el diseño del hotel de Frank O. Gehry (arquitecto responsable del Museo Guggenheim), al ser el hotel la visita no entra en las instalaciones pero sí pasa por delante y nos hacen una breve presentación.
Un dato curioso, este vino se exporta a más de 100 países, y entre todos ellos consumen la misma cantidad que los españoles, nosotros solitos nos bebemos casi el 50% de la producción de Marqués de Riscal, si es que… ¡lo que nos gusta una buena copita de tinto!
Ya que rondamos la zona os animo a visitar Logroño, la calle Laurel no tiene desperdicio, animadísima para tomar unos pinchos maridados con los vinos de la zona.
Así que gracias a este viaje de fin de semana espero que nunca más se nos quede cara de tontos cuando en un restaurante nos pregunten «¿quién va a probar el vino?», ya no nos intentaremos esconder debajo de la mesa como cuando el profesor te preguntaba en el cole y no te lo sabías, pensando «yo no, yo no…».
Y que me perdonen los expertos en la materia por mi aprendizaje básico, pero os animo a los novatos como yo a conocer un poco más el enoturismo, porque aún sin ser un apasionado del vino puede ser un plan diferente y divertido.
Y a riesgo de parecer que os estoy desvelando algo tan poco revelador como el final de «El sexto sentido», quería compartir con vosotros unas tipologías básicas para entender un pelín mejor este mundo y este post:
Tipos de Vinos según añejamiento:
- Joven: con un máximo de seis meses de envejecimiento en barrica. Está destinado a ser consumido en un corto espacio de tiempo.
- Crianza: con un mínimo de dos años de envejecimiento, de los cuales al menos seis meses en barrica. Son aptos para ser conservados varios años.
- Reserva: con tres años de envejecimiento, de los cuales al menos uno ha de ser en madera.
- Gran Reserva: con al menos cinco años de envejecimiento, de los cuales al menos dos deben ser en madera.
Tipos de Uva:
- Para tintos: las nacionales como tempranillo (las más común), mazuelo, graciano, garnacha, bobal, monastrell… y las internacionales cabernet sauvignon, merlot, pinot noir…
- Para blancos: las nacionales verdejo (de las mejores de España), albariño, malvasía, viura, treixadura, … y las internacionales chardonay, souvignon blanc, semillón…
¡Feliz lunes! que ya casi está terminando y enfilamos la semana hablando de vinos ¿un buen tema no?
Y vosotros ¿sois expertos en la materia? (y no me refiero a expertos consumidores ;) ¿nos recomendáis alguna bodega?
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